Disney · Turismo

Ir a Disneyland París con tu animal de compañía

Si tienes animales de compañía puede ser un poco engorroso irte de vacaciones, especialmente si vas a un lugar donde no pueden estar contigo, así que muchos de nosotros nos solemos buscar la vida en casa y los dejamos o con familia, amigos, o gracias a Dios los cada vez más comunes «hoteles» para animales. Para quienes no pueden o no quieren hacer esto, aquí viene una pequeña guía sobre Disneyland París y los animales de compañía:

Disneyland París no acepta animales dentro de los parques excepto perros guía. Sin embargo, hay un centro animal afuera donde puedes dejar perros o gatos. Es un edificio pequeñito justo a la entrada al párking, antes de llegar al Disney Village, al lado de la estación de tren y de la estación de autobuses en la que te dejan los buses de los hoteles Disney.

El centro animal acepta únicamente perros y gatos. Con los gatos la única condición es que estén vacunados contra la rabia. En el caso de los perros, además de tener la vacuna contra la rabia hay que llevar su carné o pasaporte para ver de qué raza son: hay algunas razas, llamadas de «categoría 1 y categoría 2» en Francia, que no están aceptadas. Por ejemplo, American Staffordshire terrier (pitbull), rottweiler, tosa o mastiff (boerbull) no se aceptan. En Francia estos perros requieren algunos papeles y permisos especiales porque son considerados «perros de defensa» y en muchas perreras no se aceptan, incluida la de Disney. Otras vacunas, como la de la tos de la perrera (traqueobronquitis canina), no son obligatorias, pero lo vuelvo a subrayar: ¡es obligatorio tener la vacuna de la rabia al día!

En 2023, la perrera tiene una sola tarifa: si quieres dejar a tu animal durante el día, son 25 €; si quieres que pase también la noche, son otros 25 €. Esta tarifa es por animal y por día: si tienes 4 perros que van a pasar el día, te cobrarán 100 €. Y como curiosidad, solo aceptan los pagos con tarjeta (no cogen dinero en efectivo). Los perros están todos separados (aunque sean de la misma familia), cada uno en su jaula individual. Las jaulas tienen un escalón de madera para que el perro pueda subirse, pero por lo demás están vacías, así que puedes llevar todo lo que quieras: cama, manta, juguetes… Le darán un bol de agua y, si quieres, comida (puedes llevar tu propia comida o puedes pedirles que le den de la suya), pero el resto depende de ti.

*Una pequeña novedad: Quienes van al Davy Crockett Ranch con su perro tienen una pequeña rebaja: 20 € al día por dejar al perro en la perrera. Para que te apliquen la oferta hay que mostrar en el centro animal tu reserva del hotel Davy Crockett con perro incluido.

Uno de los incordios es que los empleados de la perrera no sacan a pasear a los perros, así que eres tú quien tiene que ir alguna vez a sacarle, especialmente si el perro va a estar mucho tiempo allí. Si se hace pis o caca en la jaula también te van a llamar para que pases un momento, así ellos aprovechan para limpiar la jaula. Es importante conocer a tu propio perro y saber si estaría a gusto; evidentemente no le va a encantar, pero hay perros que ladrarán un rato y luego se calmarán y hay otros que estarán tan angustiados que se mearán y cagarán encima sin parar, así que te llamarán de la perrera varias veces. Si es un perro pequeño o joven, quizá venga bien dejarles un papel higiénico para animales en el suelo, donde pueda hacer pipí tranquilo y sin mancharlo todo si lo necesita de veras.

Otro problema importante es que tienen muy poquitas jaulas, para unos 15 o 20 perros, así que los días de temporada alta se agotan rápido, y no se puede reservar. Esto significa que, si necesitas dejar al perro allí sí o sí, tienes que ir pronto, idealmente a primera hora o, como mucho, antes de las 10 de la mañana. Ten en cuenta que no es garantía de nada: hay días que para las 9 han estado llenos y hay días de mucha afluencia que hasta las 12 han tenido sitio. Es por esto también que insisto en que, si puedes, lo dejes en algún hotel canino en casa o con amigos o familia. Vigilad también que la perrera esté abierta las fechas que vais: un par de veces al año cierran para hacer una limpieza general profunda. Estas fechas suelen estar indicadas en la web oficial de Disneyland París, en la página sobre la perrera, con un poquito de antelación (entre 1 mes y 2 semanas). También puedes llamar a atención al cliente general o, si lo encuentras, el número de la perrera, pero asegúrate los días anteriores al viaje (si no me equivoco, el número del centro animal es el 01 64 74 28 73).

Como hemos dicho, puedes (o incluso debes) ir a la perrera durante la estancia para pasear a tu perro un ratito, y finalmente tendrás que recogerle también. Para ello te dan un papel con toda tu información, la del perro y la de la perrera: cuando vayas a recogerlo tendrás que entregar el papel. Es una prueba de que el perro te pertenece, y también tiene el número de teléfono de la perrera por si necesitas llamarles.

La perrera abre a las 8 de la mañana todos los días y cierra siempre 45 minutos después que el parque. Si el parque cierra a las 21:00, la perrera a las 21:45; si el parque cierra a las 23:00, la perrera a las 23:45. Esto significa que tienes tiempo para ver el espectáculo final, pero no para quedarte haciendo fotos o parar en World of Disney; tendrás que ir directo hacia la perrera, porque a esa hora hay muchísima gente saliendo y se anda despacio. Si por lo que sea llegas y el lugar está cerrado, tienes un número de teléfono en la hoja que te dieron al que puedes llamar para que un empleado venga a abrirte y puedas recoger a tu animal. Si no, también hay un teléfono en la puerta de la perrera y el número al que debes llamar. Pero es posible que la persona a quien llames esté lejos u ocupada, así que no aparece allí en 2 minutos. Si puedes recoger al perro a tiempo, ¡mejor!

¿Y en los hoteles?

Solo hay un hotel Disney que acepte perros, el Disney Davy Crockett Ranch. Este es el hotel al que solo se puede ir en coche, así que hay que tenerlo en cuenta. Además, no todos los bungalows admiten perros, así que hay que reservar con antelación. Allí las reglas son similares: no puede ser un perro peligroso (de defensa o ataque, como dicen en Francia), tiene que tener un chip o tatuaje con su número de identificación y estar vacunado. También tendrá que estar atado con correa cuando salís del bungalow y no puede ir a las zonas comunes (recepción, etc.) El hotel te da un collar, bolsas para recoger la caca y dos bol de Disney, y venden comida para perros.

Te cobran 30 € por día por tener al perro, y además solo puedes tener un perro en el bungalow, así que si tienes varios animales no puedes llevártelos a todos. Puedes dejarle solo en el bungalow mientras estáis en el parque, simplemente tendréis que colgar un cartelito en la puerta para avisar de que hay un perro (os lo dan en el hotel). También se puede pedir prestada una jaula en recepción si preferís dejarle encerrado cuando os vais. Si, en cambio, queréis dejarle en la perrera de Disney para que esté más cerca, podéis hacerlo al precio de 20 € al día. Pero, como hemos visto antes, en temporada alta hay que llegar prontito para asegurarse de tener sitio. Sea como sea, hay que asegurarse de tener el móvil a mano, porque si al perro le pasa algo os llamarán para que volváis en cuanto podáis.

¿Alguien ha estado en Disney con su perro o gato?

¿Habéis usado la perrera del parque?

¡Contadnos vuestras experiencias!

Disney · Turismo

Nuevos pases anuales de Disneyland París 2023

Después de varios meses de especulación, por fin han salido noticias sobre la nueva gama de pases anuales de Disneyland París. Y aunque van a cambiar muchas cosas, al menos hay una buena noticia: estarán a la venta el miércoles 19 de julio.

Como vimos hace un par de semanas en la entrada sobre los pases anuales, se habían cancelado las ventas (pero no las renovaciones) y no se sabía cuándo volverían a venderse a pases o siquiera si los pases serían los mismos, aunque yo sospechaba que no. Por fin tenemos la respuesta: la gama de pases anuales ha cambiado por completo, con nombres nuevos, precios más elevados y ventajas mucho más escuetas que a las que estábamos acostumbrados. Echemos un vistazo:

La nueva gama se llama Disneyland Pass y tiene tres tipos de pases: Bronze, Silver y Gold, llamados así por su color.

El más básico, Bronze, solo permite el acceso 170 día al año, algo menos de la mitad del año. El intermedio, Silver, es válido 300 días al año, algo menos que el Magic Plus actual. El más caro, Gold, sirve los 365 días del año, así que reemplaza al antiguo Infinity.

La mayor diferencia, sin embargo, son las ventajas, que van a sufrir mucho en comparación con las dos gamas anteriores, tanto la del Dream como la del Infinity. Espero que con los días se aclare un poco más la cosa y expliquen algo más la información, porque admito que no he entendido todo lo que han dicho en el comunicado de prensa (o más bien, info dump). Lo que está claro es que ya solo quedan tres ventajas principales:

El párking es gratis para todos. Los descuentos en tiendas y restaurantes se mantienen para los dos pases más caros. El acceso al parque durante las horas extra solo se mantienen para el Gold, el más caro. De forma más tangencial, el Photopass + estará incluido en el pase Gold y tendrá un descuento del 10 % para el pase Silver, similar a como ya ocurría con el Infinity y el Magic Plus.

Como es habitual cada vez que cambian de gana, todos los pases excepto el más caro pierden muchos de sus beneficios:

El pase más barato, el Bronze, se parece al antiguo Discovery debido a los pocos días que se puede usar, pero para quitarse de líos con el párking lo han incluido directamente; eso sí, el precio es más caro.

El pase intermedio, el Silver, se parece bastante al Magic Plus, que ya había estado perdiendo beneficios poco a poco durante los últimos años debido a su popularidad. La diferencia es que sube de precio y pierde algunos días de validez.

La principal diferencia es que esta vez, el pase más caro ha perdido casi todas las ventajas que ofrecía. El pase más caro, el Gold, sube bastante de precio, de los casi 500 € que costaba ya hasta los 700 € que va a costar ahora. Pero hay que decir que Disneyland París se esmeró en que el Infinity pareciese atractivo para justificar el precio: podías dejar 3 artículos gratis en la consigna, podía dejar un perro o gato gratis en la perrera, tenías una entrada especial a la entrada de los parques y acceso durante las horas extra por la mañana, un lugar especial para ver la cabalgata o fuegos artificiales, párking en las primeras líneas del aparcamiento, alquiler de silla de niño o silla de ruedas gratis, acceso a las piscinas de los hoteles, un número de teléfono dedicado solo a las reservas de los clientes Infinity y los billetes amigos a un precio reducido. Todo esto sin contar con los descuentos en tiendas y restaurantes y el Photopass gratis, que siguen incluidos.

Es verdad que no todas las ventajas funcionaban de maravilla. Durante un par de años hubo muchas quejas porque la línea telefónica estaba siempre ocupada y nunca había sitio para ir a las piscinas de los hoteles. Como mencioné en la entrada anterior, Disney no se esperaba que hubiese tantísima gente dispuesta a pagar los precios del Magic Plus y el Infinity, así que empezó a hacerse difícil ofrecer el servicio VIP que prometían con tantos clientes. Por eso fueron aumentando precios y quitando ventajas al Magic Plus durante esos años. Sin embargo, desde el coronavirus el número de Infinity ha descendido, o al menos no tantos vienen tan a menudo, y el último año, sin ser un campo de rosas, sí ha sido más fácil cumplir con todas estas ventajas. Pero es verdad que todo ello requiere mano de obra extra para la empresa, siempre hay obras para mantener, reparar o mejorar las zonas VIP, y como ya hemos visto en otros casos, lo que quiere Disney es tener menos empleados a la vez que recauda el mismo dinero o más. Supongo que por eso, han tomado la decisión de acabar con casi todas las ventajas y quedarse solo con las más básicas.

Algo que quizá si sea positivo, sin embargo, es el nuevo sistema de reservas para entrar al parque. También hablé un poco de ello la semana pasada, pero hasta ahora las reservas estaban divididas por tipo de entrada: pase anual, hotel Disney, entrada de un día, empleado, etc. Si había plazas libres pero el cupo de pase anuales estaba completo, no te dejaban reservar. Esto cambiará con los pases anuales: tendrás que reservar día, como se hace aún hoy, pero si un día en particular quedan plazas libres, da igual de qué cupo, podrás entrar al parque.

Otro dato interesante es que pretenden poner un límite al número de pases que venden, en general y por cada tipo. Como mencioné al hablar de los Infinity, uno de los dolores de cabeza de los últimos años ha sido que vendían pases con ganas, pero luego se hacía difícil acoger a tanta gente y ofrecerles una experiencia satisfactoria. Desde el coronavirus el tope de visitantes diarios ha bajado para que así se pueda funcionar con menos empleados y que la experiencia sea mejor para todos quienes visitan el parque, pero además está aumentando el número de clientes que compran los billetes para uno o dos días o van a hoteles Disney, que es lo que prefiere la empresa porque da más dinero. Para intentar que esto siga así, necesitan tener menos pases anuales que hasta ahora. Así que es posible que no siempre haya el pase anual que quieres a la venta.

Disneyland París no ha dicho cuántos pases habrá a la venta, ni cuántos clientes de cada pase quieren. También pretenden que, si vas a comprar un pase anual y el que quieres no está disponible, que compres uno más barato (con menos ventajas) pero, cuando la gama superior vuelva a venderse, pagues la diferencia para subir a ese nivel. Esto me parece una gilipollez absoluta, pero quién sabe, hay de todo en la viña del Señor.

Otra curiosidad es que ofrecen tener el pase únicamente en el móvil, en una aplicación, y no en formato físico (por el mismo precio, claro). Añaden que puedes comprarlo físicamente y luego «digitalizarlo»; o al revés, comprarlo solo digital y luego pedir que te den el pase físico también. Aunque está bien poder tenerlo en el móvil (si algún día se te olvida, escaneas la aplicación y ya está), no tenerlo en formato físico me parece un error garrafal. Gente, no confiéis en la tecnología, os va a fallar cuando peor os venga. No entiendo por qué Disney intenta vendernos la idea de no tener un pase físico como una ventaja en vez de simplemente anunciar que puedes tenerlo físico Y en la app a la vez.

¿Cómo comprar la nueva gama de pases?

Esto dependerá de la situación de cada uno, pero ante todo: de momento solo pueden comprar estos pases quienes ya tengan un pase anual. Esto puede ser alguien que vaya a renovarlo y renueve por la nueva gama, o alguien que prefiera renunciar a su antiguo pase y comprar uno nuevo. Sin embargo, si ahora mismo no tienes un pase anual, no puedes comprar uno de la nueva gama.

La situación cambiará y se abrirá su venta a todos los clientes, pero siempre hay que tener en cuenta que si una gama es muy popular, hay que andar atento por si se agota. Normalmente cuando los antiguos pases empiecen a caducar, y si esas personas no renuevan, habrá cada vez más pases anuales disponibles. Pero como no sabemos si la nueva gama será muy popular o no, es difícil predecir lo que ocurrirá. Recuerdo que cuando salió el Infinity a la venta mucha gente pensaba que no tendría mucha aceptación y finalmente resultó ser un superventas.

¿Qué pasa con los pases antiguos aún en validez?

Aquí viene otra noticia dura: aunque los pases seguirán teniendo validez, la mayoría de ventajas acaban este mes. El 19 de julio no hay más gratuidad en la consigna, perrera, parking Infinity, entrada especial, alquiler de sillas, zonas VIP para espectáculos, etc. Quedan los descuentos y, de momento y si la información no ha cambiado en estas últimas horas, sí se podrán seguir comprando los billetes amigos. Disney quiere deshacerse de los beneficios de los antiguos pases inmediatamente, tanto porque molestan como para incentivar a la gente a que pase a la nueva gama de pases.

¿Sigue mereciendo la pena tener un pase anual?

La respuesta general es no. Y ahora habrá quien se queje «siempre decís eso, pero los pases siempre se siguen vendiendo bien». Efectivamente. Porque, primero, que no merezca la pena no significa que alguien no lo vaya a comprar. Pero segundo, que no merezca la pena para la mayoría de los clientes no significa que no merezca la pena para nadie. Cuanto más sube de precio, menos gente puede sacarle el provecho que busca, pero seguirá siendo una buena inversión para otras tantas personas.

Lo que queda claro ya, si no era ya el caso, es que la época de comprarse un pase anual para irse de vacaciones 5 días o una semana y quedarse en un cámping, un AirBnB o con la caravana se han acabado. Con la gama anterior seguía siendo interesante si ibas 2 o 3 veces al año, 2 o 3 días cada vez. Ahora ya es difícil justificar este precio si no vas muy habitualmente, probablemente días sueltos, y te interesan muchísimo los eventos para pases anuales. Si quieres ir a un hotel, te saldrá mejor coger los billetes con ellos o alojarte en Disney directamente.

Los pases anuales ya no son una entrada económica para quienes visitan el parque más de 2 días. Se han convertido en una forma de mostrar tu fanatismo por Disney y el precio a pagar para quienes están enganchados al parque. Para ellos los pases más caros aún merecen la pena, aunque duela perder ventajas, pero ya no serán tan comunes como antes.

Disney · Turismo

Sistema de reserva en Disneyland París

Desde que Disneyland París abrió después del covid-19 se ha implantado un sistema de reservas para poder entrar al parque. Si anteriormente comprar billetes podía ser un poco engorroso, ahora que además hay que registrarse aparte en la página web todo se ha complicado más. Ahora mismo este es probablemente el mayor problema de los visitantes, así que voy a intentar aclarar un poco la situación.

Foto de Christophe Petit-Tesson

Hay varios tipos de billetes para entrar a Disney y cada uno funciona de manera distinta. La más fácil ahora mismo es ir a un hotel de Disneyland París: la estancia incluye los billetes al parque y estás registrado automáticamente. Lo único a tener en cuenta es que esto solo es válido para hoteles de Disney, así que fíjate bien a cuál vas y pregunta sin miedo si tienes que reservar o no.

Otra opción es tener un pase anual. En este caso, primero tienes que fijarte en los días de restricción, como se ha hecho siempre. Pero ahora, también tienes que ser previsor y reservar los días de visita para poder entrar. Suele haber un número concreto de plazas reservadas para cada tipo de visitante (pase anual, hotel, Cast Member, visitante de un día…), así que es recomendable decidirse cuanto antes posible y reservar todos los días que vayas a ir, ya que entre los pases anuales en concreto las fechas vuelan.

La otra opción es comprar las entradas por tu cuenta e ir al parque. Este es el mayor quebradero de cabeza, ya que los visitantes independientes en general no están acostumbrados a cómo funciona Disney. Por eso me voy a centrar en estos visitantes:

Cuando Disneyland París pudo abrir durante el estado de emergencia debido al coronavirus, abría con un límite de visitantes bastante estricto. Aunque siempre ha habido un límite (como cualquier otro lugar cerrado y por cuestiones de seguridad), este era bastante alto y no se solía alcanzar muy a menudo. El límite durante el coronavirus era bastante más bajo y con lo difícil que se hacía viajar desde el extranjero, Disney prefirió implantar un sistema de reservas para que los visitantes supiesen si iban a poder entrar o no antes de hacer el viaje hasta París.

Una vez terminado el estado de emergencia podían volver a aceptar visitantes hasta el límite de seguridad que habían tenido siempre, pero el sistema de reservas resultó venir muy bien. Uno de los problemas de Disneyland París, desde siempre, ha sido que casi toda la actividad se concentra en las vacaciones escolares, mientras que el resto del año hay muy poquita gente. Al poner un límite un poco menor a cuánta gente puede entrar a diario, quienes van al parque esos días tienen menos colas (así que su experiencia es mejor) y Disney necesita menos empleados (y con las dificultades que están teniendo para contratar, esto es aún más importante). Al mismo tiempo, incentivan a los visitantes a ir días que normalmente no habría mucha gente. Esto ya lo hacían cobrando más por los billetes de temporada alta, pero ahora es más drástico: si quieres ir en pleno verano o Navidad o Halloween, tienes que planificarlo con bastante antelación.

Esto también les ha ayudado a cambiar la venta de billetes. Desde hace años The Walt Disney Company está intentando eliminar puestos de trabajo y reemplazarlos con Internet: han cerrado montones de Disney Store para que, si quieres cualquier juguete o ropa Disney, tengas que comprarlo en línea. El sistema de reservas de Disneyland París ha hecho algo parecido: ya casi no venden billetes en la entrada, sino que se venden en Internet. Muchas veces es simple: la fecha está muy demandada y los billetes se agotan antes del día mismo, así que no puedes llegar tan pichi el día mismo y comprar tickets. Otras veces quizá quede sitio, pero siempre van a preferir que los compres online. Pero aunque te los vendan allí mismo, te van a cobrar MUCHO más que si lo comprases por Internet el día antes. Ser espontáneo te sale caro. Esto ha hecho que Disneyland París pueda reducir muchísimo la plantilla en billetería, ahorrando aún más dinero.

Por todo ello, aunque para el visitante sea un coñazo tener que comprar las entradas por Internet o reservar sitio, a Disneyland París le interesa mucho mantenerlo.

CÓMO COMPRAR ENTRADAS

Cuando compras entradas, de 1 hasta 4 días, tienes 2 opciones: billetes fechados o billetes libertad.

Al comprar un billete fechado escoges el día que irás al parque directamente. Te ofrecerá el precio de ese día en particular (dependiendo de si es temporada alta, media, baja) y reservará tu sitio automáticamente. Si finalmente quieres ir otro día, tendrás que contactar con el servicio al cliente para ver si se puede cambiar.

La otra opción es la de billetes libertad. Estos billetes cuestan el precio más alto porque pueden usarse cualquier día, incluso en temporada altísima. Sin embargo, comprarlo no te crea una reserva para ir al parque, eso lo tendrás que hacer tú por tu cuenta. Cuando sepas qué día quieres ir al parque tienes que registrar el billete en la página web de Disneyland París y reservar un día en particular. Si esperas hasta última hora o simplemente un día está muy demandado, puede que no quede sitio y te quedes con el billete pagado, pero sin poder reservar para el día que quieres ir.

Por esto en general aconsejo comprar los billetes lo antes posible, especialmente si vas a ir durante las vacaciones escolares (francesas o de varios países europeos). Si no estás seguro de cuándo queréis ir, espera un poco antes de comprar las entradas, pero no hasta el día antes (o incluso la semana antes).

COSAS A TENER EN CUENTA

Si has comprado billetes en un sitio que no sea la página oficial, lo más seguro es que no tengan reserva. Ante la duda, entra en la página oficial de Disneyland París y registra los billetes.

Las únicas personas que sí pueden seguir comprando entradas allí mismo son los discapacitados y su acompañante. Puedes hacer los trámites para la tarjeta de prioridad en la página web, pero la entrada se compra aún en el parque. Acuérdate de llevar la tarjeta de discapacidad y el carné de identidad.

Hay quienes dicen no poder comprar billetes por Internet (porque no tienen tarjeta, o no funciona, o la página web falla, etc.) Yo no aseguraría que aun así te vayan a vender una entrada allí mismo, especialmente si el parque está lleno. Si tienes un problema así, intenta contactar con el servicio de reservas o de atención al cliente de Disney para que te aconsejen qué hacer.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Me toca las narices tener que reservar día. Antes se podía ir sin más y era mucho mejor, más espontáneo. ¿Por qué no vuelven a dejarnos ir libremente?

Porque Disney es un negocio y les viene mejor tener este sistema. A mí también me toca las narices pagar el doble por la mitad de lechuga que hace 3 años, pero la única solución es o pagarlo o no comer lechuga.

Voy una semana a París y no sé qué día ir a Disney. ¿Me espero a la mañana del día que vayamos a ir para comprar las entradas?

No te lo aconsejo. Primero, porque vas a pagar 100 € por persona por un parque (si es que queda sitio). Segundo, porque es probable que no quede sitio.

Si vas a la Torre Eiffel, casi seguramente comprarás las entradas con antelación. Si vas a ir al Louvre, vas a comprar las entradas con antelación. Esto requerirá planificación de tu parte, pero un viaje a la ciudad más visitada del mundo tiene esto: hay mucho turista para tanto monumento.

En el peor de los casos, echa un ojo a las reservas desde la semana previa al viaje. Si los días empiezan a agotarse, toca tomar una decisión: váis o no, y qué día. Si no se van acabando, como muy tarde la víspera compra los billetes. Ir a Disney es una hora desde París y aconsejo llevar ropa cómoda y algo de comer. No es muy prudente decidirse la mañana misma sobre si vas o no.

Vengo desde lejos para venir a Disney, no pueden rechazarme a las puertas solo porque el parque esté completo.

¿Qué te apuestas?

He pagado el párking porque pensé que tenía reserva, pero al llegar a la entrada me dicen que no es así y no puedo entrar. ¿Me devuelven el dinero?

Casi imposible que te devuelvan el dinero. Habla con alguien de la entrada o del párking y probablemente te den un bono para poder ir al párking gratis otro día. Siempre puedes también escribir una queja a atención al cliente.

Solo puedo ir a Disney este día en concreto y no hay entradas. ¿Qué hago?

Puedes mirar esa mañana temprano si, por casualidad, salen algunos billetes extra a la venta. No te hagas muchas esperanzas, pero nunca se sabe.

Si ya estás allí o no te importa hacer el viaje, siempre puedes visitar el Disney Village, la zona fuera de los parques. Hay tiendas, restaurantes, un pequeño jardín (donde todo el mundo se hace fotos) y un lago alrededor de los hoteles. No vas a ver el castillo o a los personajes, pero si te vale, puedes pasar un par de horas majas allí fuera.

Disney · Turismo

Disneyland París ya no vende pases anuales

Quienes sean habituales de Disneyland París ya habrán oído la noticia: han dejado de vender pases anuales. Esto ha sido un choque bastante grande, ya que el resort llevaba cambiando mucho la gama desde el 25 aniversario, en 2017, pero en general los cambios tenían que ver con el aumento de precios y algunas ventajas innovadoras. En ese sentido, cancelar la venta de pases parece contraintuitivo. Vamos a repasar un poco la situación de los pases anuales hasta 2023, qué hacer si quieres comprar un pase anual ahora mismo y algunos teorías sobre por qué han cancelado las ventas y cuándo volverán a abrirlas.

Pases anuales de Disneyland París:

Hasta principios de 2017, Disneyland París tenía un sistema de pases anuales bastante simple. Había tres, el Francilien, Fantasy y Dream; ese último año el Francilien costaba casi 150 € y el Dream algo más de 200 €. La diferencia era principalmente los días que podías entrar al parque: con el Dream, todos los días del año; con el Francilien, solo 280 días al año, generalmente cuando no eran vacaciones. Aun así, el Fantasy y el Dream tenían los dos el párking gratis y el Dream además te permitía ir con autocaravana, dejar una mascota en la perrera, algunos objetos en la consigna y ofrecía un pequeño descuento en tiendas y restaurantes.

En marzo de 2017, justo antes del 25 aniversario, el resort cambió la gama de pases anuales por completo. Pasaron a 4 pases, que seguían diferenciándose por el número de días que se podía entrar al parque, pero los más caros ofrecían ventajas más jugosas para tentar a los visitantes a desembolsar un precio más significativo que hasta ahora: el Discovery costaría 139 € por 150 días de acceso, el Magic Flex 189 € por 300 días de acceso, el Magic Plus 249 € por 350 días de acceso y el Infinity 399 € por acceso todo el año. Mientras que los dos pases más baratos tenían pocas ventajas más allá de acceso al parque, el Magic Plus conservaba algunos descuentos, la consigna y la perrera y le añadía el acceso por una puerta distinta al parque y poder comprar 10 billetes a bajo precio para amigos. Pero ante todo, la empresa quería cambiar los hábitos de consumo de este subgrupo de clientes incentivándoles a comprar el Infinity: aparte de lo ya nombrado, tendrían acceso a un párking más próximo, 20 billetes a bajo precio para amigos, acceso a las piscinas de los hoteles y una zona reservada para ver la cabalgata y los fuegos artificiales.

La noticia no hizo mucha gracia cuando se anunció (¡a nadie le gusta pagar más por lo mismo o menos!) y se dudó de si el Infinity se vendería bien, pero puedo aseguraros de que se vendió mejor de lo previsto desde el primerísimo día. De hecho, se vendieron tantos Infinity y Magic Plus que un año más tarde empezaron a quitar ventajas del Magic Plus y subieron el precio del Infinity porque había tanta gente usándolos que se volvió difícil poder disfrutar de las ventajas: las zonas Infinity estaban llenas, era imposible conseguir hora para ir a las piscinas de los hoteles, etc. Pero aun así, las ventas siguieron siendo considerables y los visitantes acostumbrados a comprar un pase anual se hicieron también a la idea de que la gama de pases tuviese uno muy caro, pero con ciertas ventajas que les harían sentirse VIP.

¿Por qué dejan de vender pases?

El sistema de reservas ha ido un poco cuesta arriba, especialmente con quienes tenían la costumbre de venir al parque de improvisto (en su mayoría pases anuales). Las reservas vuelan y ha habido mucho descontento con ello. Quizá por ello se podría pensar que han parado la venta momentáneamente para ver si la situación se regula, sea porque el número de pases anuales baja y quizá se suplementa con visitantes que van al parque para uno o dos días, o que se alojan en hoteles (que es lo que prefiere el resort), o porque pretenden quitar el sistema de reservas (como han hecho en EE. UU.) y entonces la gente quizá volverá a comprar pases anuales cuando puedan usarlo con total libertad. Sin embargo, el comunicado del parque da a entender que están preparando una nueva gama de pases, así que lo más probable es que vayan a cambiarlo por completo (nombres, precios, ventajas) y no estuviesen aún listos para estrenarlo.

En Disneyland París los cambios de precios en pases y billetes se hacen dos veces al año: en marzo y en noviembre. Si en marzo esta nueva gama de pases no estaba lista, tendrían que esperar a noviembre para sacarla a la venta. Sin embargo, cuando vendes un pase lo haces con ciertos derechos y obligaciones que tanto tú como el comprador debéis obedecer: esto quieres decir que si hubiesen seguido vendiendo pases Infinity hasta octubre de 2023 y en noviembre de 2023 quieren acabar con las zonas Infinity durante los espectáculos, no habrían podido hacerlo: quien compró el pase en octubre de 2023 (válido hasta octubre de 2024) lo hizo con la promesa de esas zonas Infinity y Disney tiene que cumplir con ello. Al parar la venta de pases (excepto en algunos casos excepcionales) se dan unos meses de maniobra: para cuando la nueva gama aparezca en noviembre de 2023 (suponiendo que ese sea el plan), habrá muy pocos pases aún en circulación y solo tendrán que cumplir con las ventajas contractuales por unos poquitos meses más.

Quiero comprar un pase anual, ¿puedo hacerlo?

En general la respuesta es NO. Pero hay algunas excepciones. Si compraste un pase anual antes de que parasen las ventas, tienes derecho a renovarlo. La renovación tiene condiciones: puedes hacerlo desde x tiempo antes de que se caduque hasta un mes después de caducarse, por ejemplo. Si te interesa renovarlo, ponte en contacto con Disney para conocer bien cuáles son las condiciones.

Otra excepción son las familias con un niño menor de 3 años. Si compraste pases para ti, tu pareja, tus hijos, etc. y tenías un niño menos de 3 años, este niño no necesitaba un pase. Pero quizá unos meses después cumplió los 3 años y ahora necesita un pase para ir con vosotros al parque. En este caso Disney os venderá un pase para el menor que se encuentra en esa situación.

¿Volverán los pases anuales a Disneyland París?

En principio, sí. El comunicado oficial es escueto, pero da a entender que volverá algún sistema si no idéntico, similar. A estas alturas no se sabe mucho más, así que no se puede asegurar si será idéntico (pero más caro) o volverán a darle una vuelta de tuerca a todo el sistema. Sin embargo, los pases anuales son también muy comunes en EE. UU. y lo han sido durante años. Y aunque el resort siempre prefiere que los visitantes vayan varios días y se alojen en un hotel propio, los pases anuales son también un público fiel que siempre está dispuesto a acudir a eventos especiales o a comprar merchandising.

Puede que vuelvan para noviembre de 2023, que sería cuando generalmente cambian los precios. Si es así, puede que a finales de octubre empecemos a oír algo sobre ello, entre una semana y un día antes de la fecha anunciada. Pero siempre puede que sea incluso más tarde. No se suele saber nada hasta que está ya todo listo.

Hasta entonces, no queda más remedio que esperar.

Arte · Historia · Museo

El Instituto Sueco de París: homenaje a una historia compartida

Si alguna vez te paseas por el Marais, el distrito histórico de París, barrio judío desde hace siglos y cercano al barrio gay en las últimas décadas, probablemente te des cuenta de que parece una ciudad distinta. En el siglo XIX el barón Haussmann cambió París para siempre, derribando montones de callejuelas y edificios pequeños, creando bulevares enormes y casonas preciosas que aún hoy siguen siguen muy en boga. Esto ayudó a mejorar la circulación, a crear unas estructuras urbanas más cómodas y a mejorar la higiene de la ciudad; y por otro lado, acabó con la sensación acogedora y casi de pueblo que existía en estas calles y barrios. Sin embargo, una de las zonas que no fue demolida fue el Marais. Así que hoy en día podemos aún encontrar montones de casas antiguas y hôtel particuliers, casonas burguesas y aristocráticas que ocupan una manzana entera.

Estas casas, aunque preciosas, son muy caras de mantener, y ya no hay suficientes aristócratas y burgueses con el dinero para mantener semejante casón, con todos los arreglos que necesita un edificio tan antiguo. Así que hoy en día muchas de ellas han pasada a manos del Estado, que las usa como oficinas; se han convertido en museos, como el Musée Cognacq-Jay; o empresas privadas las han comprado y restaurado para usarlas como sede, esté abierto al público o no. Este último caso es el del Hôtel de Marle, en plenísimo centro del Marais, cerca de la Place des Vosges, de Saint-Paul, rodeado de restaurantes modernos y tiendas chic. Y en él se sitúa un organismo inusual: el Institut Suédois.

Foto de Julien Bourgeois

Cuando pensamos en Suecia y en países que tienen fuertes lazos con ellos, solemos pensar en Noruega, Finlandia, Dinamarca, puede incluso que Islandia o Alemania. Países nórdicos o escandinavos, y un poco más lejos, otros países germánicos. Tienen ciertos paralelismos, sean lingüísticos (con Noruega y Dinamarca) o históricos (con Finlandia), y muchas veces hablamos del estado de bienestar escandinavo en general porque esos países vecinos han desarrollado políticas sociales relativamente similares durante décadas, al menos comparados con el resto del mundo. Sin embargo, algo que no es tan conocido, ni siquiera en Francia, es que Suecia tiene una larga e importante relación con ellos: la familia real sueca desciende de Jean Bernadotte, un militar francés nacido en Pau que heredó el trono en 1818; durante el siglo XVIII Francia estaba de moda y el rey Gustavo III de Suecia era un enamorado del país y su lengua, por lo que el francés ha tenido una gran influencia en el sueco; y varios reyes suecos admiraron la Ilustración y sus exponentes, como Descartes, por lo que les dieron cobijo y patronazgo o adaptaron sus ideas a Suecia.

Sabido todo esto, suena menos raro que el gobierno sueco se fijase en París en los años 60 para abrir una organización que sirviese como embajada cultural, especialmente porque por entonces París seguía siendo el epicentro de la cultura en Europa y servía de inspiración incluso a Estados Unidos en muchos aspectos, aunque destacan el literario y el cinematográfico. En 1965 fijaron su atención en el Hôtel de Marle, un edificio histórico en pleno Marais que se encontraba en un estado lamentable y en principio iba a ser demolido, pero que una organización ciudadana salvó. El Estado sueco lo compró y se comprometió en restaurarlo a su estado original en todo lo posible. En 1971 el centro abrió y desde entonces ha servido para compartir la cultura sueca con Francia y ayudar a sus artistas a encontrar un hueco en el mercado mundial.

Foto de Vinciane Verguethen

Hoy en día, el Instituto Sueco cumple varias funciones. La más básica es que es una galería para exponer el talento sueco al mundo, sea en el ámbito que sea. Esto incluye artistas contemporáneos suecos, con quienes crean exposiciones temporales; artistas o empresas que quieren presentar sus ideas o exponer sus productos a un público internacional y organizan para ello muestras o exposiciones pequeñas en el instituto (por ejemplo, mobiliario, diseño, objetos de lifestyle, etc.); tienen parte de la colección de arte del gobierno sueco en el edificio, en el llamado Instituto Tessin; ayudan a editoriales francesas a descubrir escritores suecos e incluso ofrecen traducciones del primer capítulo de libros que les interesen para así decidir si quieren comprar sus derechos; promueven el cine sueco en todas sus formas; un precioso jardín que incluye columpios y obras de arte; una cafetería típicamente sueca (ahora mismo cerrada); y, finalmente, cursos de sueco. Y todo ello (excepto la cafetería y los cursos de idiomas) es gratis.

El instituto sueco es un lugar especial porque hace honor a una relación especial. Un gobierno extranjero que gastó dinero en salvar y devolverle la vida a un edificio que no tenía nada que ver con ellos y que su propio país había abandonado, una relación histórica que los propios franceses desconocen, el único centro del Svenska Institutet fuera de la propia Suecia. Un lugar y una organización excelente, que ofrece eventos culturales de primera calidad totalmente gratis a ciudadanos extranjeros, y que si lleva tantas décadas funcionando así de bien es porque quienes lo dirigen y trabajan allí a diario lo hacen con mucho mimo y pasión. Una auténtica joya escondida detrás de un muro, en una callejuela del París antiguo.

Foto de Julien Bourgeois